La cabeza andante
El outro día, Ana anduvo desde Alfornelos hasta Santa Apolónia e hizo el mismo percurso de regresso. Once quilómetros y medio de ida más otros tantos de vuelta.
¿Por el espíritu desportivo? ¿Para adelgazar? ¿Porque le gusta caminhar al aire libre? ¿Para reflexionar sobre la vida, aprovechando para estar sola un poco observando las cosas com calma y atención? ¿Para intentar corregir el defecto que tiene en las piernas?
Algunas de estas suposiciones están ciertas, pero cuando se juntan su gran gusto por passear y su enorme fascínio por la introspección, puede ser muy peligroso, porque unos quince minutos antes de llegar a su destino, Ana se dio cuenta de que se no llevaba la cartera (con su tarjeta de metro dentro y el dinero para un billete simple).
Pues, bien, quien no tiene en la cabeza (ni en el bolsillo)… tiene en las piernas, ya lo afirmó muchas veces un viejo proverbio serbio.
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